Por favor, no molestar: malas prácticas en redes sociales
Los usuarios confían en nosotros y se convierten en seguidores de nuestros perfiles en redes sociales. Pero eso no nos otorga carta blanca para abusar de su confianza y que nos perdonen algunas malas prácticas. Analizamos aquello que no hay que hacer para pasar de ser interesantes a molestos.
Está claro: no nos gusta que nos griten o nos interrumpan. En nuestra vida real y también en nuestra “otra vida” online. Si seguimos a una empresa o marca en redes sociales es porque queremos estar al tanto de sus novedades o porque creemos que nos va a aportar información de interés, pero todo tiene un límite. ¿Te imaginas entrar a una tienda de ropa y tener todo el rato a un vendedor detrás de ti? No importa el tipo de empresa que sea: si su estrategia de social media se basa en presionar, no va a ninguna parte.
Hay cuatro ejemplos, desafortunadamente demasiado generalizados, que demuestran lo molesto que se puede llegar a ser en las redes sociales. Si con tu experiencia reconoces alguno, plantéate que la empresa a la que sigues no está haciendo las cosas del todo bien.
1 . Mensajes directos automatizados en Twitter
La “bio” de Twitter de una empresa se jacta de su compromiso con el cliente… y su primera toma de contacto con nosotros es enviarnos un mensaje directo automatizado agradeciéndonos el seguimiento o incluso pidiéndonos, ya de buenas a primeras, que también conozcamos su página de Facebook. Twitter no es una lista de correo electrónico, es una conversación centrada en el concepto de que para recibir, primero hay que dar algo.
2 . Publicitar páginas webs por amistad y no por contenido en Instagram
Todos conocemos a ese influencer que diariamente publicita productos o servicios de empresas que distan de sus valores éticos o al menos de los que ha mostrado a traves de su plataforma. Los usuarios son cada vez más exigentes, así que huye de marcas que no se corresponda con tus ideas solo por el simple hecho de recibir grandes cantidades de dinero o por no saber decir no a una gran empresa.
- Invitar a todo el mundo a contribuir a los grupos de Pinterest
Los grupos de Pinterest se idearon con un objetivo de colaboración, no para hacer spam e invitar a personas que no han compartido con nosotros ninguna interacción en el pasado. Colaborar en un grupo de Pinterest puede ser una buena estrategia de social media, pero siempre que haya una relación previa. Como mínimo, presentarse primero a través de un tweet, los comentarios de un blog, u otro sistema.
- Repetir constantemente tus contenidos
Cada red social necesita un tipo de contenidos distintos ya que los formatos y los targets a los que se dirige son distintos. Así que no te limites a copiar y pegar todos los contenidos en diferentes redes sociales, porque así no conseguirás atención por parte de tus seguidores.
Es comprensible querer que nuestros mensajes lleguen a la mayor cantidad de público posible. Queremos que la gente vea lo que hacemos y le guste. Pero antes de hacerlo, debemos ponernos en la piel de los demás como usuarios, y pensar si nos molestaría recibir el mensaje en cuestión. Es un simple ejercicio que funciona. Las relaciones en social media se basan en la confianza y el altruismo, no en enviar miles de mensajes esperando algo a cambio. Cada detalle es importante, y no molestar es uno de ellos.