El poder de una estrategia de video content

El video content es una poderosa estrategia de marketing de contenidos que consiste en el uso de contenido audiovisual en diferentes plataformas, desde redes sociales, web, eventos, presentaciones, email marketing, etc., con el objetivo de promocionar productos o servicios, y/o conseguir mayor notoriedad a las marcas.

El creciente uso de Internet y las redes sociales, como Youtube, ha provocado que el vídeo sea una potente forma de conectar con los públicos: según The State of Video Marketing 2022 (Wywow), el 86% de las empresas utilizan ya video content en su plan de marketing. Respecto al consumidor, en 2020, el 96% de los consumidores aumentó su consumo de videos en línea y el 84% de las personas dicen que se han convencido de comprar un producto o servicio al ver el video de una marca (Optinmonster). Además, el consumidor retiene el 95% de un mensaje cuando lo ven en un vídeo frente al 10% cuando lo lee (Insivia).

A grandes rasgos, podemos decir que el video content puede ser de dos grandes tipos: videos educativos o videos publicitarios, según si promocionan productos o contenido de marca: videos de demostración o explicación del producto o servicio, de marca, de eventos, entrevistas, tutoriales, videos en directo, videos en 360º con realidad virtual o realidad aumentada, etc. (Santos, s.f.).

Los pasos a seguir para implantar con éxito una estrategia de video content son: establecer los objetivos que se quieren conseguir con cada uno de los vídeos, determinar las necesidades de contenido, crear un estilo visual acorde con la imagen corporativa de la compañía (benchmarking), realizar guiones de vídeos, producirlos y establecer las métricas para valorar el funcionamiento del vídeo y la consecución de los objetivos.

¿Y por qué apostar por el vídeo content? Pues porque nos ayuda a mejorar el posicionamiento SEO de una web (segúnComscore un vídeo aumenta en un 53% las posibilidades de obtener un resultado de Google), mayor atención del consumidor, mayor engagement, contenido favorito para el consumidor, más datos estadísticos, mayores tasas de retención, mejores tasas de clics, conexiones emocionales más fuertes, (ya que el vídeo es la forma más poderosa de evocar emociones en línea) y el incremento de las conversiones del cliente a un coste reducido.